24.10.11
Muros, luces, dudas y expectativas.
Creo que uno de los peores momentos de la vida de una persona es cuando debe asimilar que siente algo por alguien y llega el momento de comunicarlo. Desde el momento del "tengo que hablar con vos" el nudo en el estómago se hace más prominente y las manos tiemblan como si estuvieses en pleno invierno, cuando sabes que la primavera ya se hizo presente hace rato. No podes manejar tu cuerpo ni lo que pensas, y eso te frustra. No queres que esa persona tenga tanto poder sobre vos porque no sabes como va a reaccionar pero tampoco podes evitar sentir lo que sentís. Sos conciente de que, desde que lo conocés, tu vida mejoró y mucho. Logro alegrar tus días, logró devolverte tantas cosas que habías perdido, logró cautivarte con tan solo una sonrisa y logro volverte inmensamente loca de amor. Pero... ¿y si todo sale mal?¿y si el insistente muro otra vez se interpone en tu camino? Hace mucho que no te sentías así, por lo que ya ni recuerdas como hacer para calmarte y salir adelante... pero... ¿y si todo sale bien? nadie sabe, quizá el bendito muro decide hacerse a un lado así un haz de luz te ilumina y sorpresivamente hay una buena respuesta del otro lado. Habrá que ver que pasará, ni vos ni nadie lo sabe, solo él es conocedor de su respesta pero no lo convierte en un sabio, ya que tampoco sabe como vas a reaccionar. Así que volvemos al inicio, a las dudas y expectativas. Nadie es capaz de saberlo todo, lo que realmente importa es tener el valor para aventurarse y enfrentarse a lo desconocido.
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