¿Con qué pie despertas vos?

Abro los ojos, recuerdo que día es. La claridad se infiltra desde mi ventana y decide atacar a mis ojos aún adormecidos, que sufren del ardor. Me los refriego con fuerza y sin siquera incorporarme miro a mi alrededor. Mi cuarto es un desorden, apenas tenga un tiempo tendré que acomodar, sino habrá problemas. ¿Y Lola? ¿Donde está mi pequeña perra? Ah allí esta, durmiendo plácidamente.¿Quién no desearía ser un perro y no tener obligaciones algunas? pienso para mis adentros. Envidia de una perrita, eso sí que es triste. Decido desperezarme e incorporarme. Mmmm… ¿ayer dormí con una sola media? ah no, acá esta. Me la pongo, me destapo y empiezo mi día. Cuantas veces habré despertado así, con el pié derecho, esperando a que fuera un buen día… pero nuestros pies no deciden nuestra suerte, somos nosotros quienes la desafiamos. A veces sale bien, y a veces termina todo en desgracia.